La luz azul forma parte de la luz visible. Esta luz es captada por una región del espectro electromagnético que el ojo humano es capaz de percibir. Normalmente, suele ser emitida por el sol, pero también por las fuentes artificiales como es el caso de los dispositivos electrónicos.

Aunque esta luz es perjudicial para la salud, también tiene algunos beneficios, eso sí, depende de la forma en la que se presente. Por ello, a continuación, explicaremos cómo afecta la luz azul a la vista, por qué es mala y si tiene beneficios.

Los diferentes tipos de luz azul

Un 25% de la luz blanca es luz azul, un componente natural y necesario de la luz que con su onda alcanza la parte más baja del espectro de luz. Por otra parte, la luz visible está compuesta de rayos de diferentes colores, el azul entre ellos, estos colores son los que percibimos con los ojos.

No todos los rayos de luz azul son malos para la salud, ya que dentro de los espectros de rayos azulados que componen la luz azul encontramos dos tonos:

  • La luz azul-violeta es la que tiene una longitud de onda más corta, pero con más energía. Esta luz puede provocar fatiga, cataratas y estrés visual, además de Degeneración Macular Asociada a la Edad, que es una de las principales causas de ceguera en el mundo. También afecta negativamente a las células de la mácula, un tejido sensible a la luz situado en el fondo del ojo, cuyas células no se regeneran.
  • La luz azul-turquesa, en cambio, si tienes beneficios para la salud. Este tipo de luz se encarga de regular los ciclos de sueño, la temperatura corporal y los procesos cognitivos y de la memoria. Además, está relacionada con el reflejo de constricción pupilar, un mecanismo de protección natural de la retina para proteger los ojos frente al exceso de luz. Es importante también para la correcta percepción de los colores y para tener una buena agudeza visual.

Por qué es mala para la vista

La luz azul puede provocar irritación ocular, cansancio, pesadez o falta de concentración. También hay estudios que muestran una clara evidencia de que puede causar la degradación y muerte de las células en organismos vivos. Sin olvidar que afecta al ojo humano a corto y largo plazo.

Esta luz es peligrosa si se abusa de ella. Por ello, es recomendable controlar el uso de los dispositivos electrónicos en el día a día, más aún en los niños pequeños, ya que a ellos la exposición a esta luz les afecta todavía más. También es aconsejable que los ojos se mantengan hidratados después de pasar muchas horas pegados a una fuente artificial de luz azul.

Causas que han incrementado el uso de la luz azul

A pesar de que existe un tipo de luz azul que no es perjudicial para la salud, la luz azul-violeta ha provocado daños irreversibles en los ojos en poco tiempo. Algunas causas son:

  • Las ondas de luz azul que emiten las fuentes artificiales de luz. Un ejemplo de este tipo de luz azul serían las pantallas de móviles, tabletas, ordenadores o la luz visible de los LED.
  • El uso de luces LED y dispositivos electrónicos se han multiplicado en la última década. Algunos estudios han determinados que las personas miran su teléfono móvil una media de 150 veces al día. Si a esto le sumamos las horas frente a pantallas de ordenador, la televisión o las tabletas los datos se disparan. Además, estos dispositivos se suelen usar en distancias cortas y muy cerca de los ojos, lo que provoca un aumento del grado de exposición a la luz azul.
  • La rápida irrupción de los dispositivos electrónicos que emiten luz azul en la vida diaria de las personas se ha producido de forma muy precisa y en poco tiempo. Así, el cuerpo humano no ha tenido tiempo de crear mecanismos de compensación para protegerse de dicha luz.

Cómo proteger tus ojos de la luz azul

Entre las acciones que puedes hacer para proteger tu vista de la luz azul están:

  • Utilizar un filtro para la luz azul en tu dispositivo móvil, ordenador o tablet para evitar que grandes cantidades de esta luz lleguen a los ojos.
  • Usar gafas que bloqueen un porcentaje de luz azul para reducir el índice de células en la retina que se degradan o mueren.
  • Utilizar gafas pensadas para reducir la fatiga visual que causa el estar todo el día pegado a una pantalla electrónica y a la luz azul.
  • Comer fruta y verdura ricas en antioxidantes. Por ejemplo, el kiwi, las uvas rojas, la naranja, el mango, el maíz, las espinacas, el calabacín o la calabaza. Aunque existen muchas más frutas y verduras ricas en antioxidantes.