El ojo humano cuenta con una compleja estructura, ya que es el elemento dentro de la cadena que conforma la capacidad de la visión. Se trata de un órgano extraordinariamente delicado y que es vulnerable a las lesiones. Un tipo de lesión ocular particularmente grave es el estallido del globo ocular, que puede tener consecuencias graves e irrecuperables para nuestra visión. Durante este artículo, vamos a ver algunas de las formas de diagnosticar esta lesión, sus posibles complicaciones y, lo más importante, qué medidas tomar para prevenirla.
En NTC Pharma estamos comprometidos con la salud ocular, por lo que ofrecemos soluciones avanzadas y apoyo constante a profesionales de la salud, además de pacientes que tienen que hacer frente a este tipo de situaciones críticas.
El estallido ocular o ruptura del globo ocular se produce cuando la integridad física del ojo se ve comprometida por un trauma directo o por un aumento repentino de la presión intraocular, que supera la resistencia de la estructura externa del ojo. Esta condición es extremadamente dolorosa, además de potencialmente desfigurante, pudiendo resultar en la pérdida permanente de visión si no se trata de manera rápida y adecuada.
Prevenir lesiones oculares graves con el uso de protección adecuada en situaciones de riesgo, como la utilización de gafas de seguridad en ciertos deportes, laboratorios o en entornos industriales. Además, la educación sobre los riesgos y las medidas de seguridad necesarias en el hogar y en el trabajo son fundamentales para reducir la incidencia de traumatismos oculares.
Causas del traumatismo ocular
El traumatismo ocular puede ser causado por muchos tipos de incidentes, cada uno con sus implicaciones propias y unos mecanismos de lesión diferentes. Es fundamental que, tanto profesionales de la salud como pacientes, entiendan estas causas para implementar medidas de prevención que sean eficaces y poder dar una respuesta adecuada en caso de accidente.
Tipos de contusiones y golpes en el ojo
Los traumatismos oculares pueden clasificarse en contusiones y perforaciones. Las contusiones son golpes directos sobre el ojo, que no llegan a perforar la estructura ocular, como ocurre en el caso de un puñetazo o un balonazo. En cambio, las perforaciones involucran la ruptura de la membrana ocular, como puede ocurrir con fragmentos de vidrio o metal.
- Impactos directos: Estos son uno de los tipos más comunes de lesiones oculares y pueden ocurrir en distintos entornos. Los impactos directos pueden venir de objetos como balones, puños, o incluso partículas más pequeñas como piedras o esquirlas metálicas. Dependiendo de la fuerza del impacto, el daño puede variar desde una contusión leve hasta lesiones graves que comprometan la estructura del globo ocular.
- Accidentes domésticos y laborales: En el hogar, simples accidentes como chocar con esquinas de muebles, caídas o el mal uso de herramientas pueden causar lesiones oculares. En entornos laborales, especialmente en industrias como la construcción o la manufactura, los riesgos aumentan significativamente debido a la exposición a maquinaria pesada, químicos y objetos voladores.
- Deportes y actividades recreativas: Actividades deportivas, especialmente aquellas que implican pelotas, bolas,, raquetas o contacto físico (como el fútbol, baloncesto, squash o las artes marciales) representan un riesgo significativo de traumatismo ocular. El uso de equipo de protección adecuado, como gafas de seguridad con protección UV y resistencia al impacto, es crucial para prevenir lesiones en estos contextos.
Además, también pueden ocurrir lesiones derivadas del impacto de proyectiles y fragmentos. Este tipo de accidentes suelen ocurrir al manejar herramientas de riesgo, como las sierras eléctricas (cuando se utilizan sin la debida protección) o explosiones industriales que proyectan escombros a alta velocidad.
Por último, los factores ambientales también juegan un papel determinante, como el caso de la exposición a determinadas sustancias químicas, como algunos productos del hogar o en entornos industriales. Asimismo, también debemos tener en cuenta factores como la exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV) sin protección adecuada o a fuentes de luz intensas, como el caso de realizar trabajos de soldadura sin máscara, que pueden provocar quemaduras en la retina y en la córnea.
Diagnosticar un traumatismo en el globo ocular
El diagnóstico de un traumatismo ocular debe realizarse con la máxima urgencia posible para evitar complicaciones graves. Este procedimiento implica un examen físico detallado, acompañado de pruebas como la tomografía computerizada (TC) para evaluar el alcance del daño en el interior del ojo.
Durante el examen físico inicial, se realizarán pruebas como una inspección visual, una evaluación de la visión (prueba de agudeza visual), una prueba de movilidad ocular y, por último, una comprobación de la capacidad del reflejo pupilar.
En cuanto a las pruebas diagnósticas, es común que además de la tomografía computerizada, según el caso, se suele someter al paciente a una resonancia magnética (RM), una prueba de ultrasonidos oculares o una evaluación de la presión intraocular.
Hematoma en párpados superior o inferior
Un signo común de traumatismo ocular es el hematoma en los párpados, que puede indicar un golpe severo. La evaluación por un especialista es crucial para determinar si hay daños subyacentes más serios.
Otros síntomas de perforación o de golpe en el ojo
Además de la pérdida visual y el dolor, otros síntomas que pueden indicar una lesión grave incluyen la proptosis (ojos saltones), la pérdida de la sensibilidad en la piel alrededor del ojo, o la aparición de sangre en la parte blanca del ojo (hemorragia subconjuntival).
Complicaciones y secuelas de una lesión ocular por traumatismo
Un traumatismo ocular puede conllevar varias complicaciones serias, algunas de las cuales pueden tener consecuencias duraderas para la visión. La comprensión detallada de estas complicaciones es muy importante para que los profesionales de la salud puedan proporcionar tratamiento y asesoramiento adecuados a los pacientes afectados.
Desprendimiento de retina por golpe
El desprendimiento de retina es una de las complicaciones más graves de los traumatismos oculares. Ocurre cuando la retina, la capa de tejido en la parte posterior del ojo que detecta la luz y envía imágenes al cerebro, se separa del tejido subyacente. Los síntomas pueden contemplar un aumento repentino de «flotadores» (manchas o hilos que parecen flotar en la visión), destellos de luz, o una sombra oscura o cortina que se desplaza por el campo visual. El desprendimiento de retina requiere tratamiento quirúrgico urgente para reponer la retina y prevenir la pérdida permanente de la visión.
Luxación del cristalino
La luxación o dislocación del cristalino ocurre cuando el cristalino se mueve de su posición habitual detrás de la pupila. Esto puede ser causado por un golpe fuerte que daña las fibras zonulares que sostienen el cristalino en su lugar. Los síntomas pueden conllevar visión borrosa o doble, halos alrededor de las luces, y cambios en la percepción de los colores. El tratamiento puede variar desde observación y corrección visual con gafas hasta la necesidad de intervención quirúrgica para reemplazar o reubicar el cristalino.
Hemorragia intraocular
Un trauma severo puede causar hemorragia dentro de las diferentes cámaras del ojo (anterior, posterior, o vítreo). Es posible que una hemorragia intraocular provoque un aumento de la presión ocular, dolor y pérdida de visión. La gestión de estas hemorragias depende de su ubicación y severidad, y puede requerir desde tratamiento médico hasta cirugía para remover la sangre y restaurar la visión.
Infecciones oculares o Endoftalmitis
Cuando la integridad del globo ocular se ve comprometida, existe un riesgo significativo de infección, especialmente si el trauma fue causado por un objeto que podría estar contaminado. Las infecciones pueden variar desde conjuntivitis hasta endoftalmitis, una inflamación grave del interior del ojo que puede resultar en pérdida permanente de la visión. El tratamiento inmediato con antibióticos intravitreos es crucial para combatir la infección, siendo, en la mayoría de las ocasiones, necesaria la realización de una vitrectomia.
Glaucoma secundario a traumatismo
El glaucoma traumático puede desarrollarse inmediatamente después de una lesión o varios años más tarde y es causado por un daño en el drenaje del ojo, lo que lleva a un aumento persistente de la presión intraocular. Esto puede dañar el nervio óptico, resultando en pérdida progresiva del campo visual. El tratamiento suele basarse en la administración de medicamentos para reducir la presión en el ojo, terapia láser, o cirugía.
Neuropatía óptica traumática
La neuropatía óptica traumática ocurre cuando el nervio óptico sufre un daño directo debido a un trauma, lo que puede resultar en una disminución drástica de la visión o incluso ceguera completa en el ojo afectado. La recuperación de la visión depende de la severidad del daño, y en muchos casos, el daño es irreversible.
Leucomas corneales
Los traumas que afectan la córnea pueden dejar cicatrices u opacidades que distorsionan la visión. Estas cicatrices pueden ser tratadas con técnicas que van desde la ablación con láser hasta el trasplante de córnea en casos severos.
Prevenir la rotura ocular
La clave para prevenir la rotura ocular es la protección y la precaución. Uso de protectores oculares certificados en deportes de contacto y entornos de trabajo peligrosos, educación continua sobre los riesgos de actividades específicas y acceso rápido a atención médica especializada son esenciales. En NTC Pharma, apoyamos estos esfuerzos mediante la inversión en I+D para desarrollar productos que no solo traten, sino que también ayuden a prevenir lesiones oculares graves.
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