La hidratación de los ojos es fundamental para una correcta salud ocular. Las glándulas de Meibomio y las lacrimales se encargan de hidratar el ojo y que las lágrimas se mantengan el máximo tiempo posible sin que se evaporen.
Pero es normal que durante el día y especialmente durante la noche, algunas de estas lágrimas se escapen. Las lágrimas junto a otras sustancias como mucosidad, células de la piel y otros componentes, se van depositando en el extremo interno del ojo, es decir, donde se encuentra el saco lacrimal. La combinación de estos componentes hace que se formen legañas que, en función de la cantidad de lágrima, grasa, mucosidad, etc., pueden ser más viscosas o secas y de diferentes colores. Las legañas son completamente normales y no hay que preocuparse por ellas, incluso si en ocasiones son un poco más pegajosas de lo normal. Lo fundamental es lavarse los ojos con cuidado y evitar utilizar cosas que puedan estar contaminadas.
Sin embargo, si tienen un aspecto diferente como textura muy viscosa, color amarillento o verde que dejen ligeramente pegadas las pestañas o si los ojos quedan completamente pegados por una costra amarillenta o verdosa, probablemente se trate de conjuntivitis.
La conjuntivitis tiene varios síntomas que se verán a continuación y dependerán del tipo de conjuntivitis, por lo que no se debe esperar a despertarse con los ojos pegados, ya que esto necesariamente no tiene por que ocurrir.
Qué es la conjuntivitis
La conjuntivitis consiste en la inflamación o la infección de la conjuntiva del ojo. La conjuntiva del ojo es una membrana prácticamente trasparente que recubre la esclera o esclerótica (parte blanca del ojo) y la parte interior del párpado.
Su función es proteger el ojo y el párpado interior de cualquier tipo de agente externo que pueda dañar la superficie.
Síntomas de la conjuntivitis
Según el tipo de conjuntivitis los síntomas pueden variar y no es necesario que aparezcan todos durante un proceso de conjuntivitis. Si apareciesen cualquiera de estos síntomas es recomendable visitar a un especialista para diagnosticar y tratar correctamente el problema y evitar la aparición de nuevos síntomas.
Los síntomas más comunes son:
- Enrojecimiento del ojo
- Sensación de hinchazón
- Picor, irritación o ardor
- Sensación de cuerpo extraño o arenilla en el ojo
- Exceso de lagrimeo
- Fotofobia y molestias con la luz y los brillos
- Secreciones, principalmente mucosidad, pero en los casos más extremos puede aparecer pus.
- Costras en los párpados o en las pestañas principalmente al despertar.
Tipos de conjuntivitis
Existen diferentes tipos de conjuntivitis en función de la causa de la patología. Es común oír que las conjuntivitis son muy contagiosas. Esta afirmación depende principalmente del tipo de conjuntivitis, pero, en cualquier caso, tanto por precaución como por higiene y tratamiento, será fundamental evitar el contacto de las manos, gasas o pañuelos utilizados para limpiar un ojo, con el otro.
Conjuntivitis Vírica
Las conjuntivitis víricas se originan por un virus que puede atacar únicamente a los ojos o también puede venir acompañado de síntomas de enfermedades que afectan a las vías respiratorias, como un catarro común. Este tipo de conjuntivitis son muy contagiosas, tanto de un ojo hacia otro, como entre personas, debido a la tos, superficies de contacto, o cualquier elemento contaminado.
Suelen durar entre 7 y 14 días, concretamente hasta que el cuerpo consigue superar el virus, por eso suelen ser de las más largas en curar. Pueden aparecer en ambos ojos a la vez o uno solo, pero siendo muy fácil y rápido el contagio al otro ojo. Las secreciones suelen ser más acuosas que en las conjuntivitis bacterianas.
Conjuntivitis Bacteriana
La conjuntivitis bacteriana surge debido a la proliferación de bacterias en los ojos que acaben infectando y contaminando la conjuntiva. Este tipo de conjuntivitis es menos contagioso que la vírica pero también tiene riesgo alto por contacto directo, ya que se puede pasar las bacterias de un ojo al otro.
Se caracterizan por el intenso color rojo, pero sobre todo por la secreción mucosa, llegando incluso a aparecer pus. Además, son las conjuntivitis que suelen generar la costra amarillenta al dormir.
En las conjuntivitis bacterianas suele ser un ojo el afectado, no suelen aparecer infecciones en ambos ojos a la vez, pero una vez que un ojo tiene conjuntivitis hay que extremar las precauciones para evitar el contagio de uno al otro.
Conjuntivitis alérgica
La conjuntivitis alérgica no es contagiosa. Este tipo de conjuntivitis surge como respuesta del cuerpo ante la exposición a alérgenos para la persona que la padezca, como pólenes, polvo, ácaros, etc.
Se caracteriza por el picor de ojos, enrojecimiento y lagrimeo.
Conjuntivitis por irritantes
En ocasiones el contacto con agentes externos irritantes, como sustancias químicas, cuerpos extraños, medicamentos o incluso el mal uso de lentillas puede producir conjuntivitis. En este caso, tampoco serán contagiosas. Los síntomas varían en función de la causa.
Tratamiento de la conjuntivitis
El tratamiento a realizar dependerá en gran medida del tipo de conjuntivitis y de los síntomas. En cualquier caso, habrá una serie de recomendaciones que serán comunes con el objetivo de reducir los síntomas.
Es necesario es una correcta limpieza y evitar utilizar la gasa con la que se haya limpiado un ojo en el otro. Debido a la facilidad de contagio es fundamental tener un extremo cuidado y no contaminar productos de belleza y de higiene personal. Para hacer una correcta limpieza recomendamos el uso de gasas para la higiene ocular ya que ayudan a limpiar las posibles secreciones y previene infecciones o su empeoramiento gracias a la barrera húmeda que crea en el área periocular.
También, para reducir la sensación de ardor, picor y ayudar a la hidratación del ojo se recomienda utilizar gotas oftálmicas y poder restablecer las condiciones fisiológicas del ojo.
Si la conjuntivitis fuera bacteriana podría ser necesario utilizar un colirio antibiótico para eliminar la infección siempre y cuando el especialista lo considerase necesario. Utilizar gotas antibióticas o antinflamatorias sin necesidad de ello puede ser contraproducente, por eso siempre es necesario la prescripción médica.
También, en los casos de conjuntivitis alérgicas, es posible que sea necesario tomar algún tipo de antihistamínicos ya sea vía oral, o incluso gotas especiales, aunque esto último no suele ser lo más común. Dado que su causa es la alergia, lo principal será tratar esa respuesta del cuerpo, y a la vez limpiar e hidratar los ojos, como en cualquier situación anterior.
Es importante recordar que ante la aparición de cualquier síntoma y antes de empezar cualquier tratamiento, es fundamental visitar a un especialista, para que realice las pruebas pertinentes, un diagnóstico correcto y así poder comenzar con el mejor tratamiento posible.